Matices Tv Muy Pronto...
MENÚ
TOROS AUSENTES - CAÑETE 1992
Por Administrador
Publicado en 17/11/2025 17:44
NOVEDADES

A pesar del tiempo transcurrido, nunca he olvidado un hecho ocurrido en el pueblo de Imperial, Cañete - PERÚ, en Julio de 1992, con motivo de realizarse las celebraciones de las Fiestas Patrias en dicha comunidad con una actividad fastuosa : una Corrida de Toros, emulando a las que se programaban en el Coliseo de la Plaza de Toros de Acho, en Lima.

Aquellas tarde del 26 y 29 de Julio, el buen deseo de sus autoridades era dar al pueblo algo nuevo, pero se ganó una prolongada pifia en el recinto de la “Plaza de Toros Portátil” que se trajo de Lima.

Y es que los miembros de la Comisión encargada del evento que pactaron con el empresario, terminó en una investigación policial, y penal que preocupo a toda la comuna.

Lo que aconteciò fué que: Cumpliendo lo pactado, el empresario instaló la llamada Plaza de Toros Portátil, en el gramado del famoso estadio Ramos Cabieses de la comunidad, a la que se le (bautizo con el nombre de “EL TONDERO .”

Allí se “lidiarían ” y se “matarían” a los toros, dizque de lidia, por miembros de la “Cuadrilla de Toreros” conformada por Curro Zambrano de Venezuela, Joselito Catalán y César Altamirano, (no el famoso cantante ) y dos últimos, de Perú.

El programa anunciaba también la presencia de banderilleros de la feria, desfile de conjuntos folklóricos que participarían del evento y anunciaba asimismo el 1er Festival del Camarón”.

LLegada la fecha para la primera Corrida de Toros fijada para el 26 de Julio, ésta se suspendió dado que no se vendieron los boletos en la cantidad esperada que pudieran cubrir los gastos.

Los cuatro toros tuvieron que ser devueltos a Huachipa, encargándose del retorno, su propio dueño. El monto de las entradas cuyo precio se fijó en S/. 20.00 tuvo que devolverse a la escasa, concurrencia, que esa tarde se dió cita para espectar la corrida programada.

Esto, se hizo por acuerdo de los representantes de la Municipalidad y el Empresario.Los críticos de entonces a la que se sumaba la nefasta oposición, no constructiva, que no deja de existir en los pueblos, dirigieron su puntería, hacia la administración municipal.

Aún así, el programa fijado tenía que cumplirse. Ante esa circunstancia penosa, se afanaron acciones, para que en la segunda fecha no hubieran desentonos.

Por fin, amaneció el esperado dia 29. La mañana, estuvo envuelta en una llovizna, la que poco a poco, dió paso a un sol esperado, que hacia presagiar una tarde taurina calurosa como la que esperaban los asistentes a la Plaza de Acho de Lima, cada Noviembre, y un completo éxito en el evento, ya que la ciudad se encontraba inundada de visitantes de las diversas zona de la provincia y de la capital que en éstas celebraciones salen a buscar esparcimiento y la buena comida que siempre se ha encontrado, y se encontrará en los restaurantes del Distrito de Imperial, y tenía que cumplirse.

Pero, a pesar de la expectativa que generaron el hecho telúrico y el social, se observaba ausencia de gente interesada en presenciar la corrida. Al parecer los turistas preferían seguir su travesía hacia Lunahuaná en busca de otras vivencias, los ansiados platillos de camarones del Río Cañete y visitar las bodegas vitivinícolas de la zona.

Se veía muy poca gente cerca de la boletería, por lo que a medida que se acercaba la hora del inicio, con acuerdo de las partes, se redujo el valor de las entradas de S/.15 .00 a S/10.00.

La diversión pública taurina se iniciará a las 5.30. pm. hora exacta, como rezaba el programa. Llegado ese momento, comenzó la preocupación general dentro del Coso; y el sudor invadia los cuerpos no solo del escaso público, de las autoridades, invitadas, entre los que se avistaba a la Reyna del Festival, su Dama de honor y otros, que se habían dado cita.

Los minutos seguian corriendo y al avance de los minuteros del reloj de los asistentes se iba gestando un malestar en las ochocientas cincuenta personas asistentes.

El viento era testigo que había una atmósfera nada agradable, en ese momento en el Coso cundió la preocupación, como se hizo constar en el atestado policial.

El animo se recobró muy fugazmente cuando la concurrencia apostada en la parte que conocemos como palcos de sombra, apareció una persona que

TOROS AUSENTES - CAÑETE 1992

Redactado por el Dr. Antonio Ruiz Tòvar desde Wisconsin - EE.UU....!!

“cigarro en mano” seguido de otras seis, en fila, de a dos, avanzaba con un caminar muy estilizado, elegante, y con los pantalones muy ceñidos que mostraba un cuerpo propio de quienes se dedican a la tauromaquia.

El torero, el torero, gritó alguien y decenas de asistentes dirigieron su mirada al vistoso caminante. Esos gritos, generaron una conmoción ya que se llegó a pensar que era el Torero esperado, por lo garboso de su caminar, y su aparente cuadrilla, porque detrás de él, iban unos acompañantes, que al final, resultaron ser sus amigos con quienes había asistido al evento taurino; pero tamaña sorpresa se dieron los asistentes, cuando reconocido por un amigo, este, gritó su nombre y se dieron cuenta que era un importante y respetable ciudadano de San Vicente de Cañete.

Mientras, entre bambalinas, algunos sudaban la gota gorda. Como un reguero de pólvora, llegó a conocimiento de la gente, que los toros “de casta” procedentes de la capital no llegaron, tampoco los toreros anunciados en el programa, “al parecer por falta de una falta de respaldo económico”...

Y en una zona aparte según dijo el empresario, un miembro del Concejo Distrital de Imperial desesperado sugirió llevar a cabo el evento a como de lugar, hecho que fue negado desde un comienzo por el Director Municipal cuando declaró ante el oficial policial.

Estos dichos contradictorios nunca se esclarecieron en una diligencia de confrontación judicial. Esta afirmación del contratista sin embargo, se enervó con un documento que llevando el titulo de “Declaración Jurada” presentó el ciudadano Director municipal aludido pero que fueron firmados notarialmente por dos personas distintas, no encauzadas.

En el, reconocían no haber conversado ni tenido tratos con el funcionario municipal para recurrirse a la presencia de esos toros chuscos.

Sin importarnos como fueron esos acuerdos o conversaciones, ni de quien fué la idea de reemplazar los toros, lo cierto es que los asistentes al Coliseo vieron Ganado de un corral ganadero cerca de Imperial, en el gramado, que reemplazaron a los de “casta” que no habian sido traidos de Lima...

Era obvio, que éstos toros de propiedad de algún ganadero de la zona eran chuscos y, obviamente, nada sabían de corridas, ni de toreros ni la razón por la que fueron llevados al Coso, pues tranquilos estaban en su corral alimentándose para el dia que su dueño decidiera llevarlos al Camal, en donde le darían las estocadas finales que se dan a las vacas y a los toros sin escuchar, ovación alguna, para después pelarlos, y desmondongarlos, para llevarlos al Mercado para la venta a los que gustan de la carne roja hechas bisteces o el cau cau, asentado con su cachina.

Un torero que se había quedado en la localidad, que no había sido programado, y que estaba en el coloso taurino portátil, fue convencido, para que actuase. No se si pensó que en el evento obtendrá una nueva consagración en su carrera o no se que, ya que era el único, torero de la tarde, Juanillo tenía por nombre.

Lo que pasó dentro del Coso daba pena, risa, en unos, y cólera en otros. Los toros, hicieron el show, cada cual en su momento tuvieron que ser animados para llegar hasta el centro.

Sin ningún protocolo taurino, se dió comienzo al festejo taurino, y a punta de empujones, fueron puestos en el ruedo uno a uno, en su debido momento.

El torero, que ponía mucho empeño, gritaba los dichos propios de una faena, pero nada; ninguno de los chuscos animales daba fuego. Les aseguro que aunque le hubieran puesto miel o melaza en su boca, o ají en el poto irían al encuentro de Juanillo.

En ningún momento los animales mostraron espíritu de toreabilidad, eran si, mansos de solemnidad. Estoy seguro que cuando el torero para animarle le gritaba Ole, Ole, el toro le contestaba calladamente, amén, amén.

Acostumbrados a ser alimentados en un corral, únicamente, quizá extrañaban su pasto, su chala. Ni levantaban su vista para mirar a su enemigo, el torero.

Vinieron las pifias, las gritaderas y, finalmente, lo que debió ser una velada artística, de gozo comunal, se convirtió en un tormento para todos.

Ante esta grave circunstancia, las autoridades municipales, policiales, y el propio empresario optaron por suspender la triste visión, y acto seguido, se devolvió las entradas a los que hicieron su fila y la plata que quedó fué incautada por la policía así como el boletaje sobrante.

Fue así como lo que se planeó con tanto amor, buena intención de dar al pueblo algo nuevo, diferente, resultó a la postre una fuente de criticas en la comunidad y posteriormente el desfile de los cuatro inculpados, por los pasillos de la Fiscalía y Juzgado Penal de la Provincia, para esclarecerse si de todo lo ocurrido emergía la típica figura de la estafa.

Es decir, tuvieron que recibir las banderillas de fiscales y jueces traducidas en preguntas y conforme a sus dichos y a la luz de las pruebas esperarse la resolución que correspondiese.

LLevando esto a la fraseología penal, diremos que la denuncia interpuesta y actuados contenidos en el famoso atestado policial numero 340 - ICE PNPC, que se hizo conocer al Representante del Ministerio Publico esta autoridad formuló la oficial denuncia fiscal, que llevó el asunto al Poder Judicial.

Analizando su contenido concluyo que las citadas Autoridades conforme a sus acciones, habrían cometido presunto Delito Contra el Patrimonio en la modalidad de estafa, hechos que se tipificaban como tal en el Articulo 196 del Código Penal vigente en esa fecha, en agravio de Abraham Joseli Crisostomo, y la Colectividad ( Público asistente a evento taurino ) pidiendo además que se trabe embargo preventivo de los bienes de los denunciados “que resulten suficientes para cubrir el monto de la reparación civil”.

Los denunciados fueron puesto a disposición del Juzgado en calidad de citados, decir nadie fue detenido.

Tras el análisis del atestado, y la denuncia fiscal, el Juez del Primer Juzgado Penal, dispuso se abra instrucción contra los denunciados dictando contra ellos, orden de COMPARECENCIA y fijándose, en dicho auto apertorio de instrucción, las fechas correspondientes para que rindan sus respectivas instructivas, bajo el apercibimiento de ser conducidos compulsivamente por la policía si no asistieran, al igual que a los agraviados para que brinden sus respectivas preventivas, los mismos que tenían que acreditar la propiedad y preexistencia de lo estafado.

Como era de esperarse cada una de las personas, expusieron ante el Juez sus posiciones y obviamente se defendieron con sus mejores argumentos.

Vencidos los términos procesales, y puesto el expediente a la Vista de la Fiscalía, la nueva fiscal, formuló acusación contra el Contratista Taurino, y el Presidente de la Comisión de Fiestas, como autores del delito investigado para los cuáles solicitó al primero, dos años de pena privativa de la libertad y al Director Municipal un año, en su calidad de cómplice sin perjuicio de restituir la suma estafada, más la reparacion civil para cada uno de los agraviados.

Y en cuanto a la persona del Alcalde no le formulo acusación porque no le alcanzó responsabilidad penal “ por no tener injerencia directa ni haber intervenido en la venta de entradas al evento, desconociendo los pormenores del hecho ocurrido el 29 de Julio de 1992 en cuanto a la sustitución de los Toros de lidia por toros chuscos y siendo mas bien la persona que se preocupó de poner el hecho, en conocimiento de la Comisaria de Imperial e interesado en la devolución del dinero al público asistente ” como en efecto sucedió.

Finalmente todos a excepción del Contratista, fueron absueltos después de cumplirse algunos actos procesales. No supimos si el contratista fué detenido, sentenciado, o si siguieron expidiéndose contra él, alguna orden apremiante.

Los diarios de la localidad, y los periodistas radiales dieron profusa informacion y opiniones a sus cientos de lectores y radio escuchas, respectivamente.

Esta ocurrencia, felizmente no melló la honra ni la imagen de ninguno de los Miembros integrantes de la Administración Municipal de aquella época porque era notoria y pública sus solvencias morales y el espíritu de servicio que les animaba; pero si sirvió para que las generaciones futuras tomen las precauciones del caso con prudente tiempo si en las festividades quisieran presentar importantes programas.

Con un grupo de letrados con quienes hacíamos mesitas redondas en mi Estudio Jurídico para estudiar ciertos casos, después de la jornada, tocamos esta investigación, intercambiando opiniones.

Nítidamente fluía el incumplimiento de contrato de parte del contratista, por lo que el asunto estaba revestido de un ropaje civil. Ni el contrato o convenio, ni los hechos que sobrevinieron, podían considerarse, como secuencia de un plan elaborado para engañar para luego obtener el desplazamiento patrimonial; esa noche, concluimos, en que era una cuestión civil ajena al Derecho Penal.

Es más, quien iba a adivinar que sobrevendria lo que ocurrió, ni el propio empresario, como la escasa concurrencia, por ejemplo, ya que nadie pretende hacer un negocio de esta naturaleza si de antemano sabe que no tendrá éxito. Creo, que todos ansiaban que hayan llenos completos: el empresario, para ganar como es deseo de toda persona que se dedica a esos menesteres por un lado, y por el otro que consiguiendo el éxito del evento crecerá la fama de su empresa, y se cumpliria el objetivo trazado por la Comisión de Fiestas, y el gozo pleno de la administración municipal de aquella época y de la comunidad toda.

A nuestro criterio no existe ningún engaño precedente o concurrente que pudiera haberse plasmado en un artificio.

Lo que si no quedo muy claro fue quién ideó llevar toros chuscos a la bonita “Plaza de Toros Portátil” EL TONDERO aquella tarde infausta, idea que quizá se fundó en lo que es común en los circos, la función debe continuar.

Quizá viejos aficionados asistieron para recordar a los matadores famosos de su época como Conchita Cintron, Carlos Sussoni, Alfredo Rojas El Nene, Angel Valdez El Maestro, Guillermo Rodríguez El Sargento, Miguel López, Trujillano, Marcos Méndez, La Palmera Negra, Rafael Puga, Rafael Santa Cruz La Maravilla Negra del Toreo, entre otros, y solo consiguieron salir contrariados.

Este caso ocurrido en el vigoroso pueblo de Imperial, cuna del buen comer y de gente formante de una sociedad laboriosa, agricola comercial, emprendedora, por excelencia, formo parte de esas anécdoticas tardes que registra la historia Taurina.

El festejo taurino de Supe por ejemplo, en 1976, donde los toros se dedicaron a comer el césped del estadio donde se monto la corrida. Los organizadores, se salvaron de ser linchados, gracias a la oportuna protección policial .

En esa tarde los toros “huían de los toreros”, no los embestian y ello causaba hilaridad en los asistentes. No había duda, los toros tenían de insulsos, todo, menos el ser de casta.

En Sevilla España también han ocurrido alguna vez similares circunstancias en su devenir histórico de amargura por la calidad de los toros.

Por ello, al recordar ese hecho infausto a través de este apunte, me acuerdo también que en medio de ese momento de coraje hubo una presencia que causo hilaridad, en el coliseo taurino, de las más puras, exenta de burlas; y sobre todo una conducta firme de parte del ciudadano Alcalde Arturo Godofredo Chau Quintana, quien se desempeñaba como primera Autoridad del Distrito imperialino, Alberto Santome Ramos, como Director Municipal, y Ramón Payat Arteaga, como Presidente de la Comisión Organizadora de Fiestas, ante el proceso penal, quienes estuvieron prestos para colaborar con la investigación que se abrió con motivo de esta feria taurina y como así lo hicieron. Se sabían inocentes y con sus conciencias limpias.

Bueno es anotar que todo lo demás, que se programó se llevó a buen final, sin robos, ni acciones de corrupción a diferencia de lo que hoy puede observarse en muchas entidades y personas que ocupando altas posiciones, han medrado y siguen medrando sin importarles el honor, el apellido que le dio su padre.

Siguen, en sus andanzas sin interesarles, incluso, un carajo la pandemia que nos envolvió y sus efectos. Que ricos tipos, engendros del mal, raza de víboras.

Tiempos aquellos, de ciudadanos que se diferencian de muchos de los que fungen de lideres en el dia de hoy.

Desde Wisconsin mi abrazo y respetos a los ciudadanos Arturo Godofredo Chau Quintana, Luis Alberto Santome Ramos, Ramon Payat Arteaga quienes fueron los mejores toros claros de esa fecha, al decir de la tauromaquia, pues se enfrentaron a la causa penal, con franqueza, dignidad y claridad, sin segundas intenciones, con honor y la conciencia limpia.

Esta anécdota, a pesar del tiempo, creo que la recuerdan con ese espíritu alegre y bonachón que siempre han mostrado; y la he rescatado para brindarla a las nuevas generaciones, recordando ciertos pasajes, pues de aquello han pasado más de tres décadas, long time ago. (mucho tiempo atrás )...!!

Comentarios