El Colegio José Buenaventura Sepúlveda de Cañete, en su 88º aniversario, se despide de uno de sus más queridos y admirados docentes: el maestro Heriberto Aldazabal Vilcas, conocido por todos como “Challe”, quien tras más de tres décadas de dedicación, se aleja del aula.
A lo largo de su carrera, Heriberto se convirtió en un referente para generaciones de estudiantes y colegas, destacándose por su carácter jovial, su cercanía y su capacidad para motivar a todos a su alrededor.
Fue testigo de numerosos cambios en el sistema educativo, y recordó con especial cariño a su entrañable amigo Carlos Miranda, quien ya no está con nosotros, al igual la entonces directora de la UGEL 08 – Rosita Fernández quien le dio la oportunidad de laborar en este plantel.
Conocido por su relación única con sus alumnos, en una ocasión llegó incluso a jugar “el apanao” con ellos, quitándose los zapatos, lo que llegó a oídos de sus superiores.
Sin embargo, su amor por la enseñanza nunca se vio empañado por las normas, siempre priorizando el bienestar y la cercanía con sus estudiantes.
En su última participación, durante la celebración de los 88 años del colegio, Aldazabal expresó su emoción y gratitud, despidiéndose con una frase conmovedora: “Me voy dando un beso a la pizarra, quien fue mi fiel compañera”.
Para él, la pizarra no solo fue una herramienta pedagógica, sino una aliada en la transmisión de conocimientos y valores.
Visiblemente emocionado por el cálido homenaje de compañeros, alumnos y exalumnos, el maestro se despidió con el corazón lleno de recuerdos.
Hoy, el colegio cierra un ciclo, pero su legado perdurará en las mentes y corazones de todos quienes tuvieron el privilegio de ser parte de su aula.
“¡Gracias, maestro! Tu legado siempre será parte de nuestra historia”, expresaron entre los alumnos.