En el caso de Martín Vizcarra y Betssy Chavez, no podemos preguntarnos quien es inocente, porque los hechos nos dicen claramente que ambos hay violado la ley o la Constitución, en algún momento. Lo que nos debe preocupar es lo correspondiente a quien imparte justicia.
En el caso de la Señora Chávez, no es otro que el Tribu7nal Constitucional. Es lo máximo Su sentencia es casi irreversible y debe aceptarse, como una sentencia de un cuerpo de jueces, que tienen cabal conocimiento legal y cabal.
Obviamente los partidarios de Castillo y la izquierda hablan de que por fin se ha hecho justicia. Que la señora Chavez esta recluida injustamente, lo cual ha sido dispuesto por el Tribunal Constitucional, ante la apelación del abogado de Betssy Chavez.
Obviamente, los fiscales que pidieron tenerla recluida ya estudian la forma de apelar el fallo y, por otro lado, sostienen que ella debería seguir el juicio, recluida en un penal. Recordemos que los fiscales han pedido prisión por 25 años y que durante el juicio sea recluida.
Como escribe Perú 21, el Dr. Ernesto Álvarez dice, sobre la sentencia del Tribunal “es indígnate, pero correcta”, agregando algo que para todos es conocido: “la dejadez del sistema de justicia aun en los casos emblemáticos”. No hay que olvidar que el fallo del TC se refiere a la prisión preventiva que se le había aplicado a Chávez Chino y no al fonde de la acusación.
En el caso de Martín Vizcarra, la infeliz noticia vino por otro lado. Porque la Tercera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior Nacional, ordenó su “excarcelación inmediata”. Debido a “errores” al dictarse la prisión preventiva, al comprobar que tenía arraigo familiar.
El juicio por las coimas supuestamente recibidas por las obras Las lomas de Ilo y el hospital de Moquegua. Según los entendidos, el juicio tiene para rato y, mientras tanto don Martín, sigue en campaña por la presidencia del país.
Estos dos casos, sirven como ejemplo, para pensar que nuestra justicia esta en manos de jueces sin conocimientos o sin ganas de hacer justicia. A pesar de ser casos emblemáticos permiten que las formas no se cumplan o que los plazos se incumplan. Será por desconocimiento (ignorancia) o, para dar pie a reclamos y anulaciones de sentencias que pensamos son bien dadas.
Y esto ocurren con los peces gordos. ¿Podríamos pensar que es diferente con la gente de pueblo, que no tiene padrinos ni abogados?