Escribe: José Lópea Cubillas
Dr. Jesús Alcalá: Beneficencias ya no pueden efectuar donaciones, no cumple su rol asistencial?
Efectivamente, lo que ha dicho el hoy renunciante al Directorio de la Beneficencia, Abogado Jesús Alcalá, existe un cambio significativo en el marco legal y el rol de las Beneficencias Públicas en Perú que podría explicar por qué la Beneficencia de Cañete ha modificado la forma en que tradicionalmente brindaba ayuda social (como la donación directa de víveres, medicinas, nichos o cajas mortuorias).
La principal norma que ha redefinido el rol y funcionamiento de estas instituciones es el Decreto Legislativo N° 1411, que declara la reorganización y fortalecimiento de las Sociedades de Beneficencia Pública.
El Decreto Legislativo N° 1411, publicado el 12 de septiembre de 2018, tiene como objetivo regular la naturaleza jurídica, las funciones, la estructura orgánica y otras actividades de las Sociedades de Beneficencia. Este decreto establece el marco normativo para asegurar que las Sociedades de Beneficencia presten servicios de protección social de manera adecuada y eficiente a la población vulnerable.
En suma, lo que se ha pretendido con esta norma legal es que en lugar de depender de la caridad o de la venta puntual de activos, se busca que las Beneficencias gestionen sus patrimonios (especialmente sus bienes inmuebles como terrenos, edificios, cementerios) de manera más productiva para generar ingresos propios y sostenibles.
El cambio fundamental es que la ayuda ya no debe ser principalmente a través de donaciones directas y discrecionales, sino a través de la implementación y financiamiento de programas sociales estructurados y sostenibles. Estos programas deben estar dirigidos a poblaciones vulnerables y tener objetivos claros de asistencia, prevención y desarrollo.
Se enfatiza la optimización y racionalización del uso del patrimonio de la Beneficencia para generar los recursos necesarios que financien estos programas sociales. Esto puede significar que un terreno en una zona estratégica (como el del local del ex Hospital Rezola de la Plaza San Martín) deba ser explotado económicamente para generar rentas que luego se destinen a los programas sociales, en lugar de ser donado.
Lo que ha manifestado el Dr. Jesús Alcalá es cierto en parte. Si la Beneficencia de Cañete ha eliminado la ayuda social en su forma tradicional (donaciones directas), es muy probable que esté en proceso de adecuarse o ya se haya adecuado a este nuevo marco normativo. Esto significa que las ayudas se canalizan ahora a través de programas sociales definidos (ej. programas de apoyo a adultos mayores, programas de salud para niños, programas de atención a personas con discapacidad, etc.). Las donaciones de víveres, medicinas, nichos o cajas mortuorias, si se mantienen, deben estar enmarcadas dentro de las acciones de un programa específico y no como ayudas puntuales fuera de un esquema programático. La gestión de sus bienes (terrenos, cementerios) se enfoca en generar ingresos que permitan la sostenibilidad de estos programas.
CONCLUIMOS, manifestando que la desaparición de la ayuda social en la forma tradicional de donaciones directas por parte de la Beneficencia de Cañete no es un capricho de la actual directiva; no es un desastre o una anomalía, sino una consecuencia directa del cambio en la normativa nacional (Decreto Legislativo N° 1411) que busca una gestión más eficiente, sostenible y programática de sus recursos para cumplir con sus fines sociales.
El artículo en mención colgado en redes, ha generado algunas opiniones que es bueno tener en cuenta.
Por ejemplo, Heriberto Aldazabal Villcas, ha señalado que: “Aquí hay un juego político entre señor Alcalá puesto o recomendados por el concejero Caico a la Beneficiencia, salió una Norma donde se incorpora la municipalidad y es ella quien hace la donación mencionada como silla de rueda y otros. Lo que buscaban esta persona uno como asesor y el otro como concejero Regional qué se done una parte o la totalidad del rezola, el fin es a través de la licitación y buscar o dirigir a una empresa constructora, como no consiguió le quedo renunciar
Grimaldo Aulla Quispe; por su parte señala: “ante la proximidad del circo politico eleccionario, ya se avisoran los payasos con el lema de tener la razon ante una realidad verdadera”.
Maria Luisa Fernandez Vivanco, finalmente indica que: A la población no se le debe acostumbrar a recibir pan para un día. Sino a recibir la caña de pescar. Con programas sostenibles se debe buscar el desarrollo de la persona o sociedad en base a su propio esfuerzo o trabajo.
Lo cierto es que hay cambios, y lo que señala en la parte final, María Luisa Fernández Vivanco, es lo más aconsejable... a nuestra población no la debemos de acostumbrarla, a recibir pan todos los días... si queremos un futuro distinto, hay que enseñarles a pescar, a través de programas sostenibles y buscar su desarrollo.
