CONSTRUIRAN NUEVA SEDE POLICIAL... EN TERRENOS DE LA REGIÓN... Y NO EN ANTIGUA SEDE DEL REZOLA
Por Administrador
Publicado en 13/06/2025 10:11
NOVEDADES

El berrinche político por el terreno del hospital Rezola que pretendía el Gobierno Regional para allí construir la nueva sede policial, acabó con la renuncia de Jesús Alcala.

La seguridad en Cañete y la preocupación por una nueva sede policial acabó siendo un tema politizado con fines electorales. Y todos los personajes involucrados sólo jalaron para sus “molinos” y nunca han pensado en luchar contra la delincuencia en la provincia de CAÑETE.

El Gore Lima se entercó. No han respetado una decisión que se dió por mayoría en la Beneficencia Pública de Cañete. No lo iban a aceptar, pues como lo habíamos señalado, ellos juraban tener la razón, pensar diferente era irracional, hasta insinuaban que sería ilegal.

El Gore Lima, tiene varios terrenos que no utiliza y dónde no construye nada. Cómo el que por años nunca sirvió para construir la UGEL, cómo el predio que dejaron abandonado y a merced de invasores frente al colegio centro de mujeres, como los que pudieron adjudicar en la frontera viva de Cañete, o los terrenos salitrosos y húmedos de la UE Lima Sur, pero ellos querían el predio antiguo del Rezola.

Y cómo el tema debía seguir siendo politizado, hoy el representante del Gore Lima, aprovechó una rueda de prensa (en la sede regional en Cañete) para justificar su renuncia a la Beneficencia, por las razones antes señaladas.

Ahora los voceros del Gore Lima, juran que harán la sede policial en sus instalaciones ubicadas en la Panamericana Sur, donde “Los Lindos de Lima Sur” te convierten en proveedor por decir ladrón a su representante.

Y cómo bien se escribe en Actualidad Cañetana, lo positivo al final es que encontraron la solución, que siempre estuvo en sus narices, pero así es la política en Cañete y la Región Lima.

El Dr. Jesús Chávarry, ante la renuncia de Jesus Alcalá, ha señalado lo siguiente:

Como miembro del directorio de la Beneficencia Pública de Cañete, tengo el deber de aclarar ciertos hechos que vienen afectando la imagen y el patrimonio de esta institución.

Recientemente se ha producido una renuncia pública por parte del señor Jesús Alcalá Mateo, quien hasta hace poco integró el directorio de nuestra institución. Dicha renuncia fue anunciada ante medios de comunicación y autoridades regionales y policiales, y ha estado acompañada de declaraciones que merecen una respuesta serena pero categórica.

El exdirector ha señalado que deja el cargo porque no se logró lo que él consideraba su “objetivo” en la Beneficencia: la donación de una parte del terreno recuperado por esta institución, donde antes funcionó el Hospital Rezola. El objetivo que no logró, por tanto, no era un fin asistencial ni social, sino una cesión patrimonial gratuita para la construcción de una sede policial regional.

Lo primero que debo señalar es lo siguiente: La Beneficencia no está obligada a donar su patrimonio.

La solicitud planteada por el Gobierno Regional de Lima —del cual el señor Alcalá Mateo ha sido asesor y representante político— consistía en que la Beneficencia donara una parte de ese terreno para fines ajenos a sus competencias.

Esto se presentó como si fuera una obligación moral o institucional, cuando en realidad no lo es.

Muy por el contrario: La Sociedad de Beneficencia Pública de Cañete es una institución autónoma, sujeta a las normas de derecho público.

No recibe presupuesto estatal, y solo se sostiene con algunos locales en alquiler, un comedor social, y un cementerio que ya no cuenta con nichos disponibles.

Legalmente, solo puede disponer bienes en donación si el destino de estos guarda relación directa con sus fines asistenciales, que están claramente definidos: atender a niños en abandono, adultos mayores en situación de desamparo, personas con discapacidad, madres gestantes vulnerables, y otros sectores de la población excluidos de todo sistema de protección.

Una sede policial -por necesaria que sea para la seguridad ciudadana- no está comprendida dentro de ese marco legal. Y por lo tanto, no podemos legal ni éticamente desprendernos de un bien valioso para un uso que no cumple ese criterio.

No se debe de confundir la función institucional con intereses particulares.

Es legítimo que existan puntos de vista distintos en cualquier directorio.

Lo que no es legítimo ni ético es utilizar el cargo de director de una entidad autónoma como instrumento para imponer una agenda que responde a intereses de otro nivel de gobierno, como ha quedado en evidencia en este caso.

El señor Alcalá Mateo fue, simultáneamente, asesor del Gobierno Regional de Lima -la entidad que solicitó el terreno- y miembro del directorio de la institución propietaria del terreno.

Este doble rol representa un claro conflicto de intereses, que en cualquier espacio de gobernanza responsable, debe llevar a abstenerse de intervenir. Pero no fue así.

Al no lograr su cometido, decide renunciar acusando a la Beneficencia de no tener programas sociales suficientes, de no tener “razón de ser” y de limitarse a administrar un comedor.

A estas afirmaciones, deseo responder con firmeza pero sin agravios.

La Beneficencia existe, resiste y tiene sentido.

La Beneficencia Pública de Cañete no es una empresa, ni un partido político, ni un apéndice del gobierno regional.

Es una institución social, patrimonial y legalmente reconocida por el Estado, que cumple una labor silenciosa y continua, a pesar de estar desprovista de apoyo financiero.

Si hoy tenemos un comedor funcionando, es porque con mucho esfuerzo seguimos atendiendo a quienes menos tienen.

Si seguimos manteniendo un cementerio operativo, aunque ya sin espacios nuevos, es porque seguimos sirviendo a nuestra población con dignidad.

Y si luchamos por conservar y administrar correctamente nuestros predios, es porque sin esos ingresos, la Beneficencia dejaría de existir.

No tenemos recursos, es cierto. Pero tenemos obligaciones sociales, legales y morales, y sobre todo, tenemos memoria institucional: sabemos que no fuimos creados para satisfacer intereses coyunturales, sino para defender los derechos de quienes no tienen voz.

No vamos a regalar lo poco que nos queda.

Agradezco profundamente el respaldo de la ciudadanía de Cañete, que ha comprendido con madurez que no se trata de estar en contra de la policía ni de la seguridad ciudadana, sino de no sacrificar nuestros recursos esenciales por exigencias que se disfrazan de necesidad pública pero en el fondo carecen de legalidad y de equidad.

El terreno recuperado por la Beneficencia es -y seguirá siendo- un recurso estratégico para sostener lo poco que hacemos hoy, y lo mucho que podríamos hacer mañana si tuviéramos más respaldo y más respeto institucional.

Mi compromiso sigue firme.

Como director, no estoy aquí para regalar propiedades. Estoy aquí para custodiar lo que por años esta institución ha construido con esfuerzo, a pesar de las limitaciones.

Por eso quiero dejar claro:

No aceptaremos presiones políticas ni intereses cruzados.

No renunciaremos al deber de proteger nuestro patrimonio.

Y no dejaremos que se confunda la función de la Beneficencia con la agenda de otras entidades.

Gracias nuevamente a todos los ciudadanos que nos han expresado su respaldo.

Gracias por entender que defender este terreno no es cerrarnos al desarrollo, es resistir a la pérdida silenciosa de nuestras herramientas de ayuda social.

Mientras esté al frente, la Beneficencia Pública de Cañete no se pondrá de rodillas ante ninguna presión externa.

Atte, Jesús Chávarri Carahuatay.

Director de la Beneficencia de Cañete

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