“Si piensas que estás vencido, lo estás”, reza un proverbio. Todo pasa por la actitud mental. Y eso creo que le pasa a Agustín Lozano. Apela al manotazo de ahogado y por eso nombra a Oscar Ibáñez, técnico de la selección. Una prueba más que la meritocracia no existe en nuestro país. No se trata de que falten seis fechas, que nadie va a aceptar, que un técnico serio no aceptaría esas condiciones. Pero si, más criterio, por favor. ¿Tendrá asesores? ¿Alguien que lo pueda asesorar a este buen señor? O como todo hombre necio, hace lo que le da la reverenda gana.
El presidente de la FPF, para mí, creo que ya se derrotó. Para qué voy a gastar plata, dirá. Ya estamos muertos y solo un milagro nos clasificará. El cree que es su plata. Ese dinero nos corresponde a todos los peruanos, a través de él, la FIFA no le da por ser Agustín Lozano, los auspiciadores no le dan por su nombre, ni porque ocupa ese cargo. Este señor es el que está sentado en un sillón y representa al fútbol de nuestro país. Que no se la crea que es de otra manera. No vaya a ser que él piense que es el dueño de nuestro fútbol
¿Qué méritos ha hecho el señor Oscar Ibáñez para ser nombrado técnico de la selección? Ninguno. Por lo que yo sé, al ex arquero, le gusta meterse por la ventana. Tiene varias antenas, como se dice criollamente y para que me entienda mejor. Ese señor cuando estaba desesperaba por chambear, en el proceso anterior invitaba a Ricardo Gareca y a Néstor Bonillo al jardín de su casa para prepararles un suculento asado de tira. Y saboreando unos vinos secos le pidió a Gareca que bote a Alfredo Honores, el preparador de arqueros de la selección, y lo ponga a él. Así ayudaba a un compatriota. ¿Y qué hizo Gareca? Lo botó a Honores y no le renovaron contrato para llamar a su amigo. Esa es otra de las perlitas que muchos no saben, especialmente sus viudas
Cuando era arquero en Universitario, el “Puma” Carranza pedía una colaboración a los referentes para ayudar a los juveniles que no cobraban, no tenían ni para un menú y ya estaban en el primer equipo como el “Loco” Vargas, el “Pompo” Cordero, “Machito” Gómez y creo que hasta “Polvorita” Carrión. Había crisis en la “U” por esos años. Todos daban unos billetes, como el pelado Grondona, Jorge Amado Nunes, pero cuando le pedían a Ibáñez, no daba un mango aduciendo que él tampoco cobraba su mensualidad
Un día se enteraron que Jorge Nicolini le pagaba su mensualidad puntual. Casi hay puñetes en el camarín crema. El “Puma” siempre fue de gran corazón y solidario. El transportaba a los chicos en su carro hasta sus casas, porque no tenían ni para sus pasajes. Por eso el Loco Vargas le regaló una 4x4 cuando triunfaba en Italia. Y los demás chicos lo quieren, es su líder. El “Puma” no es media tinta, es blanco o negro, no gris. Y por eso cuando hizo su partido de despedida no lo invitó a Ibáñez y puso a otro arquero. Y hasta ahora lo mira con mala cara.
No me sorprende lo que me cuentan porque hace muchos años llamó a su amigo empresario de ropa deportiva para que interceda con un periodista y le llamen la atención por haberlo criticado. Él era Alfredo “Meme” Melgar, quien escribió que por las noches no veía bien la pelota y por eso le hacían los goles. Recuerdo que, al llegar a la redacción, el editor patronal que tenía a mi lado, escribía una columna contra Alfredo Melgar, para quedar bien con el que le dio esa orden. Orondamente, me contó lo que estaba haciendo y le dije: Esa columna no sale. Gritó fuerte: ¡Yo soy el editor! y yo soy el director, le respondí.
Mi padrino periodista que ahora está en el cielo, escuchó eso y me invitó un desayuno. “Carajo, que tal desahuevada le diste”, me decía mientras nos servía una taza de café con leche. Cómo vamos a aceptar que un futbolista nos calle la boca en nuestro propio periodico. Y a través de quienes nos puedan dar órdenes. Alfredo Melgar, ahora en Expreso, siempre me agradeció ese gesto. Solo cumplí mi función, le digo cuando se pasa de patero. Imagínense, publicar una columna contra uno de nuestros redactores. Como si un entrenador echara en cancha a uno de sus jugadores. Esto nunca lo publiqué, porque no lo consideraba necesario. Seguramente, recién se está enterando el señor Ibáñez.
Entonces, cómo no voy a sospechar la forma en que se ha metido a ser DT de la selección. Los periodistas viejos sabemos las de Kiko y Kako, de muchos personajes que pululan en el fútbol. Y muchos creen que ignoramos. Un joven soberbio coleguita que ahora sale por el You Tube, me decía hace unos años: “El hecho que un periodista sea viejo, no significa que sea bueno”. Y yo le respondí, sí, pero sabe más cosas que tú. Mientras tú comías tu marciano en tu colegio, ese señor ya cubría mundiales. Respeta, carajo.
Y la dejo picando.