LA DE CRÍMENES AGRAVA SALUD MENTAL DE PERUANOS
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Publicado en 28/01/2025

Trastornos de ansiedad, estrés y depresión afectan a personas que han perdido a familiares y, a la vez, a ciudadanos temen ser las próximas víctimas.

La creciente ola de inseguridad y criminalidad en el país está impactando gravemente en la salud mental de los peruanos, pues psicólogos y psiquiatras observan en sus consultas trastornos de ansiedad, estrés y depresión en personas que han perdido a sus familiares y amigos en estos eventos de extrema violencia y, a la vez, en ciudadanos que temen ser las próximas víctimas.

De acuerdo con datos oficiales del Ministerio de Salud (Minsa), entregados a Perú21, durante 2024 (reporte preliminar) los centros de salud mental comunitarios brindaron 1’837,220 atenciones en salud mental —1’035,993 a mujeres y 801,227 a varones—, un incremento frente al 2023.

Del total de atenciones, 446,691 fueron por trastornos neuróticos, trastornos relacionados con el estrés y trastornos somatomorfos; es decir, ansiedad. Los trastornos emocionales y del comportamiento habituales en la niñez y adolescencia (278,747) fueron los segundos más recurrentes; mientras que los trastornos del humor (259,779), los terceros en importancia.

OLA DE INSEGURIDAD Y SICARIATO

Según la literatura médica, subraya Carlos Bromley, psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Minsa, los determinantes sociales, como inseguridad ciudadana, pobreza, carencia de servicios básicos y desempleo, inciden en el incremento de los problemas de salud mental.

“No hay un conjunto de estudios que digan de manera técnica, pero sí se ha observado que la inseguridad ciudadana ha cambiado el estilo de vida de las personas. Caminamos por las calles con temor, angustia de que nos asalten, roben e inclusive que nos hagan daño a nosotros o algún familiar. Hemos cambiado rutinas; por ejemplo, hemos dejado de ir a espectáculos públicos, a pasear con libertad a los parques; los empresarios, emprendedores están muy preocupados porque están siendo extorsionados ellos y sus familias; (las personas) están pensando ‘si todavía no me ha tocado, cuándo me tocará’. Entonces, sí, esto genera ansiedad, estrés, depresión”, explicó Bromley.

Dichos problemas, dijo el psiquiatra, podrían agravarse si la persona es víctima directa de un evento fatal, por ejemplo, perder a un integrante de su familia por un hecho de sicariato o si sufre del secuestro de su ser querido. “La persona va a sufrir mucho dolor emocional, la pérdida, el duelo es un tema delicado”, afirmó.

A su vez, el psicoterapeuta y columnista de Perú21, Gonzalo Elías, manifestó que vivir en un país con niveles alarmantes de inseguridad ciudadana no solo es un riesgo para nuestra integridad física, sino para la salud mental “porque el miedo, el temor, nos trastorna, nos afecta”. “Tantos jóvenes que se quieren ir del país, no solo por falta de oportunidades, sino porque están hartos de vivir en el miedo, de salir a la calle y sentirse inseguros; las mujeres viven traumadas, preocupadas, angustiadas de que si salen las pueden asaltar, robar, matar, incendiar vivas o tirarles granadas a los buses en los que viajan”, detalló.

OJO CON LA PSICOPATÍA

En medio de este desborde de criminalidad, en el Perú cada día se visibiliza más el problema de la psicopatía, en la que personas matan con extrema crueldad sin remordimiento alguno, por ejemplo, feminicidas y sicarios, alertó Bromley.

Elías explicó que “los problemas de salud mental también generan problemas de inseguridad ciudadana y de psicopatía. Por ejemplo, cuando vamos a las cárceles, uno encuentra gente dañada en su salud mental y parte de ese daño es la psicopatía… La cárcel, lamentablemente, lejos de sanar a la gente o reinsertarla, la enferma más y después la psicopatía crece. Es un círculo vicioso tremendo”, enfatizó.

(Perú 21/ Cris Vílchez)

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